ENTREVISTA A SCARLETT GÜÉMEZ
Por Isabel
López Cañizo
En el 2012, con tan solo dieciocho años se graduó de la
Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. Marcela Scarlett González
Güémez, nos cuenta de su carrera como bailarina profesional, la cual asegura, apenas
comienza. Sin embargo la vida le ha presentado oportunidades que la han llevado
hasta donde está hoy. Formó parte del cuerpo de baile de El Lago de los Cisnes y actualmente baila en obras de ballet como La fille mal gardée, Copellia y Giselle.
Scarlett es el ejemplo perfecto de que si se hace todo con
esfuerzo y determinación se pueden lograr cosas grandes. Dentro de su
trayectoria en el mundo de la danza participó en el reality show Ópera Prima en Movimiento 2010, el
primer programa en México enfocado al apoyo de nuevos talentos dentro del
ballet, quedando dentro de los 20 seleccionados de 230 aspirantes. Además,
gracias a su pasión por el ballet ha viajado a distintos países como Cuba,
Miami y Nueva York, con el fin de aprender lo mejor de esta disciplina.
“No sé qué sería de mi
si no estuviera bailando ahorita”
- ¿Cuándo empezaste tu carrera como bailarina?
- Empezamos mi hermana menor y yo. Yo tenía 11 y al principio
era ella la que lo tenía todo para ser una buena bailarina pero yo ahí estaba,
echándole ganas. Al final a mi hermana le gustó más la gimnasia, porque es más
competitiva, y yo me quede en el ballet que es mucho más tranquilo. Después de
un tiempo empecé a descubrir condiciones que no sabía que tenía, mi cuerpo fue
cambiando poco a poco. Fue justo en segundo año, después de un festival en
Córdoba, cuando me ofrecieron becas para Orlando, Nueva York o Philadelphia;
tenía de donde escoger y me fui a Nueva York en el verano.
- ¿En qué otros lugares has estado?
- He ido a Miami y a Cuba. En séptimo año me aceptaron en
Miami City Ballet School y estuve dos meses allá. Después de participar en
Opera Prima en Movimiento, me gradué y me dieron una beca para estar año y medio
en Cuba. Primero estuve en Camagüey y luego me cambié a la Habana.
- ¿Desde cuándo te incorporaste a la Compañía Nacional de
Danza (CND)?
- Me incorporé en Enero de este año, cuando estaban montando
todo para presentar la obra de El Lago de
los Cisnes.
- ¿Cómo fue que llegaste a formar parte de la Compañía
Nacional de Danza?
- Vine a México en Octubre del año pasado, por mi cumpleaños,
y aproveché para hacer la audición.
Después regrese en Diciembre, y ya tenía mi boleto para regresarme a Cuba
cuando me habla la Directora y me dice que tiene un lugar para mí, que seguro
cambiaría mi vida… me temblaban las manos y obvio le dije que sí.
“El ballet para mi es despertarme y
saber lo que voy a hacer todos los días, es saber en dónde estoy y qué soy”
- ¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
- ¡A mí me gusta comer! – entre risas— mi comida favorita es
el queso, aunque hace poco descubrí que soy intolerante a la lactosa. Me gusta
todo tipo de quesos, desde el más apestoso o fuerte hasta el de cabra. Una vez
en Cuba probé queso de búfalo y sí estaba bueno. Otra cosa que me encanta es el
helado, sobre todo el de sabor vainilla con cereza o los helados naturales
llenos de chocolate, digo naturales para decir que estoy comiendo algo natural
–risas—pero son de yogurt.
- ¿Qué tan estricto es el tema de la alimentación entre las
bailarinas?
- Siempre te dan un promedio de peso, aunque todo depende de
la complexión de cada una, porque puedes ser de hueso pesado pero al final lo
que importa es como te ves físicamente. Creo que me ha funcionado muy bien no
pensar en lo que como y tomar en cuenta que puedo comer y después hacer
ejercicio.
- ¿Cuántas horas ensayas al día?
- Los ensayos empiezan a las 10:00 am y salimos a las 4:00
pm, se dice fácil pero no lo es. Casi siempre llego a las 8:30 am porque hay un
gimnasio y lo aprovecho para hacer cardio. Trabajamos de Lunes a Sábado y bueno,
los domingos también bailamos. Es súper cansado pero la verdad no sé qué sería
de mi si no bailara.
- ¿Qué carrera habrías elegido si no te hubieses dedicado a
la danza profesionalmente?
- De hecho entre las amigas nos
preguntamos qué seríamos si no fuéramos bailarinas, yo siempre digo que
veterinaria pero la verdad no sé, no me imagino haciendo otra cosa que no sea
ballet. Al final de los ensayos siempre digo ¡por qué no fui veterinaria! –
entre risas- pero no, aunque me duele, y a veces me quejo y lloro, me gusta.
- ¿Las zapatillas son algo doloroso para todas las
bailarinas?
- Si, de hecho siempre andamos con zapato cerrado, ahorita puedo
disimularlos más pero en Monterrey me valía porque hace un calor horrible.
Ahorita traigo los pies llenos de banditas. Por eso es que dicen que a una
bailarina nunca se le deben de ver los pies.
- ¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en el ballet?
- Cuba, no todos saben el prestigio de ballet que hay en La
Habana. Allí están las cuatro mejores escuelas, que son la técnica danesa, la
inglesa, la rusa y la cubana. Los cubanos son tan buenos porque bailan con el
corazón. Lo que más me gustó de Cuba fue que pude desconectarme del mundo, la
gente es muy cálida y sencilla. Te invitan a pasar a sus casas y tienen fotos
con Fidel Castro.
- ¿Cuál es tu mayor aspiración como bailarina?
- Ser primera bailarina, que es como el nivel más alto en
cualquier compañía. Más que nada quiero sentirme a gusto con lo que hago y no
llegar a ser primera bailarina sin antes haberme ganado a la gente (al
público). No me importa el estatus que pueda llegar a tener como bailarina, lo
que de verdad me importa es bailar y que la gente realmente lo sienta.
- Me gusta mucho Natalia Osipova porque puede ser dulce y al
mismo tiempo explosiva; es loca. No es como todas las bailarinas. Coincidió que
se cortó el pelo justo cuando yo me lo corte. Me gusta porque no baila igual,
tiene algo que la caracteriza, una vez la vi en Nueva York y me impresionó.
Es increíble la dedicación que implica el ser una bailarina
de ballet; detrás de toda esa delicadeza para mover los brazos y la agilidad
para deslizar los pies con rapidez, al ritmo de la música, están unas
zapatillas que desde que una se las prueba sabe que va a doler pero es la
pasión por la danza la que las mueve y les da vida. Gracias a todas las
bailarinas que aman lo que hacen y que conquistan noche tras noche los
escenarios para hacernos sentir lo que sea que transmitan al bailar.
Gracias Scarlett por la entrevista y gracias Bob por
presentarme a Scarlett.



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